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Evita hacer algunas cosas frente a tus hijos
La mayoría de los niños tiende a imitar a sus papás. Por ello, tenga cuidado con sus acciones, y procure ser un buen ejemplo.
Sin duda, los hijos van a hacer por lo menos el 90 por ciento de lo que vieron hacer a sus padres en algún momento de la vida. De ahí la importancia que tiene que los padres sean buenos modelos a seguir. Analicemos, entonces, qué conductas no deberían ver nuestros hijos.
Primero, están los padres que toman con frecuencia y lo hacen en casa con los hijos presentes; ellos dan un pésimo ejemplo. No hay nada que asuste más a los niños y niñas que ver a sus papás alterados por culpa del alcohol.
Las estadísticas muestran que por lo menos la mitad de los niños, entre los 10 y 14 años, han visto a sus padres ebrios. Esto también hace que aumente significativamente la probabilidad de que ellos, al crecer, tomen en exceso.
Algo que tampoco deben hacer jamás los padres es humillar o desautorizar a su pareja. El niño se siente dividido y casi obligado a tomar partido. Tampoco pelee de manera fuerte y agresiva con su pareja en frente de ellos. Muéstreles, eso sí, que ustedes a veces están en desacuerdo sobre ciertos temas y que esto nada tienen que ver con ellos. Discutir de temas varios frente a los hijos es normal y ellos deben asumirlo con naturalidad.
En cuanto a los hijos se refiere, hay que mostrarse unidos, así después haya reproches, pero en privado. No se trata de que los padres sean ‘seres perfectos’, sino personas que aunque tengan diferencias, buscan soluciones y no culpables; sin utilizar la violencia, gritos, ni siendo agresivos frente a los hijos.
Tengan cuidado, especialmente las madres, de hablar de dietas y de lo feas que se sientan, sobre todo frente a las niñas. Es mejor decir que van a empezar a comer mejor y a cuidarse para estar bien de salud. Si tienen una hija o hijo ‘gordito’, no lo critique; enséñele buenos hábitos alimenticios. Igualmente, no hable de comida en términos negativos, ni de la preocupación constante por sus cuerpos. Hoy las niñas están bombardeadas para que sean delgadas, y si en la casa se refuerza esta obsesión, se corre el riesgo de que caigan en un trastorno alimenticio.
Cariño sí, pasión no
Mostrar afecto entre los padres es bueno hasta un punto. Besos y abrazos son bienvenidos de vez en cuando, pero no lo son intensas escenas de pasión. A los hijos les complace saber que sus padres se quieren, pero les molesta las muestras de afecto exageradas entre ellos.
No chismosee ni diga mentiras como: “dile a la señora que llamó que ya salí” cuando se sabe que no es así. Además, si fuma trate de no hacerlo delante de sus hijos, pero tampoco lo niegue, pues terminará siendo un fumador y un mentiroso. Dígales que este es un vicio malo para la salud y que usted no está orgulloso de hacerlo.
Trate de no decir groserías ni blasfemar. El uso frecuente de malas palabras es inadecuado, y los niños las aprenden rápidamente.
Por favor, no mande mensajes de texto ni chatee cuando este comiendo o departiendo con la familia. Deles exclusividad de tiempo. Hace mucho daño que los padres estén presentes físicamente, pero no emocionalmente. Además, es una falta de respeto con los hijos.
Finalmente, algo más que vetado es regañar a los hijos y dejarlos en ridículo frente a los amigos. Las vergüenzas públicas no las perdonan y los marcan negativamente.
Pero, eso sí, baile, cante aunque lo haga mal, juegue y sepa perder. Diviértase siempre con ellos. No se pide que sean padres perfectos, pero sí que cuiden su lenguaje y sus actitudes negativas extremas frente de sus hijos.
La 'desnudez' de los mayores
Nada más difícil de manejar para un adolescente que ver a sus padres desnudos, y todavía peor, que corran a taparse como quien cometió una falta grave. Si por accidente, su hijo de 11 o 12 años, en plena pubertad, entra al baño y usted está desnudo, cúbrase de forma normal y no se esconda.
Cuando el niño es pequeño, la desnudez no le molesta. Alrededor de los 5 o 6 años, los niños ya empiezan a sentirse incomodos bañándose con papá y mamá. A cada niño le surge una curiosidad constante por la anatomía de cada uno de sus padres. Hay que responder de forma natural a sus preguntas.
Fuente: abcdelbebe
Ayudar a mi hijo a aprender y crecer de una manera sana
Para ayudarlo en su importantísimo rol de padre, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han elaborado una serie de consejos para la crianza positiva de los hijos. Puede encontrar consejos sobre la crianza, salud y seguridad de los niños para cada grupo de edad, desde los bebés hasta los adolescentes mayores.
Bebés (Recién nacidos a 1 año de edad)
Durante el primer año, los bebés aprenden a enfocar la vista, a estirar los brazos para tomar algo, a explorar y a descubrir cosas que están a su alrededor. El desarrollo cognitivo o del cerebro incluye el proceso de aprendizaje de la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el razonamiento. Aprender el lenguaje y cómo usarlo es más que balbucir (como "ba-ba") o decir "ma-má" o "pa-pá". Escuchar, entender y saber el nombre de personas y cosas también forman parte del desarrollo del lenguaje. Durante esta etapa, los bebés también establecen lazos de cariño y confianza con sus padres y otras personas como parte de su desarrollo social y afectivo. La manera como los padres abrazan, cargan a su bebé y juegan con él definirá la forma en la que el niño interactuará con ellos y con los demás.
Niños pequeños (1 a 3 años de edad)
Los niños pequeños que empiezan a caminar se mueven más y están conscientes de sí mismos y de sus alrededores. Su deseo de explorar nuevos objetos y su curiosidad por otras personas también aumentan. En esta etapa, los niños pequeños muestran mayor independencia, conductas desafiantes; se reconocen en las fotos o en el espejo e imitan las conductas de otros, especialmente de los adultos y niños mayores. Los niños pequeños experimentan grandes cambios intelectuales, sociales, afectivos y de aprendizaje que los ayudarán a explorar y a entender su nuevo mundo. En esta etapa, los niños deben ser capaces de seguir instrucciones de dos o tres pasos, ordenar objetos por su forma o color, imitar las acciones de los adultos y compañeros de juego y expresar una amplia variedad de emociones.
Niños en edad preescolar (3 a 5 años de edad)
A medida que los niños entran en la primera infancia, su mundo comienza a expandirse. Se hacen más independientes y comienzan a prestar más atención a los adultos y niños que no son de la familia. Quieren explorar y preguntar más sobre las cosas a su alrededor. Su interacción con familiares y aquellos que los rodean les ayudan a moldear su personalidad y a definir sus propias maneras de pensar y actuar. En esta etapa, los niños deben poder andar en triciclo, cortar con tijeras de seguridad, diferenciar a los niños de las niñas, comenzar a vestirse y desvestirse solos, jugar con otros niños, recordar partes de los cuentos y cantar una canción.
Niñez mediana (6 a 11 años de edad)
La niñez mediana es una etapa de muchos cambios en la vida de un niño. Para ahora los niños ya pueden vestirse solos, atrapar una pelota más fácilmente solamente usando las manos y amarrarse los zapatos. Se vuelve más importante para ellos ser un poco más independientes de la familia. Acontecimientos como comenzar a ir a la escuela hacen que estos niños entren en contacto permanente con el mundo exterior. Las amistades empiezan a ser más importantes. Se adquieren rápidamente destrezas físicas, sociales y mentales. Es fundamental que en este periodo el niño aprenda a desenvolverse en todas las áreas de la vida, como en las relaciones con los amigos, las tareas escolares y el deporte.
A esta edad su hijo ya muestra claras señales de una mayor independencia de la familia y un mayor interés en los amigos. Tener relaciones amistosas sanas es muy importante para el desarrollo de su hijo; sin embargo, la presión de otros niños de su edad puede ser muy fuerte en este periodo. Los niños que se sienten bien consigo mismos pueden resistir más a las presiones negativas de sus compañeros y tomar mejores decisiones. En este periodo de su vida, cuando ganan más independencia, es importante que los niños adquieran el sentido de la responsabilidad. También podrían comenzar los cambios físicos de la pubertad, especialmente en las niñas. Otro cambio significativo para el cual los niños deben prepararse a esta edad es el comienzo de la escuela secundaria o media.
Adolescentes (12 a 17 años de edad)
Esta es una etapa de muchos cambios físicos, mentales, emocionales y sociales. Los niveles hormonales cambian al llegar la pubertad y los adolescentes maduran físicamente y se transforman en adultos. Estos cambios y la manera como los perciben los demás pueden preocupar a los adolescentes. Los trastornos alimentarios también pueden ser comunes, especialmente en las niñas. También es un periodo en el cual el adolescente podría enfrentarse a la presión que ejercen sus amigos para que consuma alcohol, tabaco y drogas o para que tenga relaciones sexuales. Otros retos a los cuales se pueden enfrentan son la depresión y los problemas familiares. A esta edad, los adolescentes toman más decisiones por su cuenta sobre sus amigos, los deportes, los estudios y la escuela. Se vuelven más independientes, con personalidad e intereses propios.
Fuente: CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades).
Niños que hacen deportes sacan mejores notas
La práctica habitual de algún deporte no solo mejora la salud de los niños, como también previene ante una serie de dolencias, como son la obesidad, las molestias en la espalda, enfermedades cardíacas… Aparte de todo eso, el deporte también mejora el rendimiento escolar de los niños. Esa es la conclusión a que ha llegado un nuevo estudio que analiza el impacto del deporte y la educación en valores sobre el rendimiento escolar de los niños.
El deporte educa y mejora el desempeño de los niños
El estudio, llevado a cabo por el Observatorio de Estudios de Comportamiento de ESADE, revela que el 37 por ciento de los niños que practican deporte sacan mejores notas, cumplen con sus deberes escolares, ven menos la televisión y mejoran su comportamiento en casa. La investigación analizó la conducta de más de 5 mil escolares de entre 6 y 12 años de edad, que acababan de empezar la practica de un deporte. La conclusión apunta que los niños que afirman mejorar sus resultados académicos pasan del casi 18 por ciento a poco más de 37 por ciento.
Los niños (un 16 por ciento) a los que no les gustaba hacer los deberes en el primer trimestre del curso escolar, tras empezar la actividad deportiva, la cifra aumentó para un casi 30 por ciento. En cuanto a la conducta de los niños en casa y en el colegio, el porcentaje de los niños que se portan bien también se incrementó de casi 20 por ciento al 40 por ciento.
El estudio también apunta el fútbol como la actividad deportiva más atractiva para los niños. Su práctica ayuda a paliar el absentismo escolar, motivan a los niños a ir al colegio, refuerzan lazos de amistad, e influye positivamente en la actitud de los niños en casa y entre sus compañeros del colegio.
Considerando que el fracaso escolar y las tasas de abandono escolar temprano crece cada día, así como el resultado de este estudio, creo que el deporte puede ser el remedio o la fórmula que muchos padres buscan para que sus hijos se mantengan alejados de la pereza, del aburrimiento, de la ‘adicción’ a la televisión y a los video-juegos, y sobretodo del sedentarismo. El deporte no solo evita la obesidad como también el sobrepeso y la carga que sienten los niños, de un modo general.
Fuente: guiainfantil